jueves, 12 de junio de 2014

Un parche es siempre un parche.

Se te rompió el piso cerámico. Por el motivo que sea: rotura de un caño, rajaduras y un largo etcétera. Lo cierto es que hay placas que se levantaron y lógicamente querés arreglarlo. Como pasa la mayoría de las veces (es la famosa Ley de Murphy) no guardaste placas "por las dudas". Entonces salís a buscar por toda la ciudad para poder reparar el problema. Te damos una mala noticia: te metiste en un problema grande.-
Lamentablemente en el mundo de los materiales cerámicos de revestimiento las cosas suceden con mucha velocidad. Aunque hayas puesto ese piso hace poco tiempo lo más probable es que no lo vuelvas a encontrar. Puede ser que la fábrica haya discontinuado el modelo, el distribuidor donde lo compraste ya no lo venda más o era una importación que no se repitió ni se repetirá. Así y todo y suponiendo que tenés suerte y encontrás el mismo modelo (tampoco es dramático. Hay línea que por exitosas duran mucho tiempo en el mercado) es inevitablemente de otra partida y cambiará el tono y el calibre (tamaño). Entonces cuando lo pongas en el piso que ya está desgastado por el uso la diferencia será notoria.-
Mucha gente sale a buscar cerámicos para reparaciones con la idea de encontrar algo "parecido". Pero parecido no es lo mismo. Uno quiere "el mismo" y en sus afán de encontrarlo pide "parecido". El resultado es frustrante.-
Sugerimos no malgastar tiempo buscando placas para reparación que no vas a encontrar. La opción es reparar con intención de decorar (ver el post "Una rotura horrible que se puede arreglar con poco"). Y, si no se puede encontrar una manera agradable reparar el sector desprendido con una mezcla de cemento coloreada y, cuando tu economía lo permita, cambiar el piso. Recuerden siempre que un parche siempre es un parche. ¿Invertirías tu dinero en ellos?-

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